La maceración carbónica es el método tradicional utilizado en Rioja Alavesa para la elaboración de vino tinto. Si bien dicha maceración no es estricta, consiste en dejar fermentar las uvas enteras, sin estrujar ni despalillar, es decir, sin quitarles el raspón. Debido al peso y al manejo de los racimos parte de los granos de uva se rompen comenzando la fermentación alcohólica de ese mosto que ocupa el fondo del lagar. El CO2 producido desplaza al O2 lográndose una atmósfera de ausencia de oxígeno. En estas condiciones de anaerobiosis tiene lugar en el interior de los granos enteros lo que se conoce como fermentación «intracelular». Cuando la concentración de alcohol en el interior del grano llega a unos 2.º el grano se rompe. Tras recoger el vino “de lagrima” o “escurrido”, los racimos son volteados y posteriormente prensados, obteniendose otras dos fracciones: vino “de corazón” y vino “de prensa”. Lo habitual es mezclar las tres fracciones en un depósito donde, sin presencia ya de hollejos, continúa la fermentación alcohólica hasta que todos los azúcares se transformen en alcohol y CO2.
Nos encantan las maceraciones carbónicas, muy muy fans de la carga de fruta y frescura de este vino. Para diario, para tomar bien frío en verano, para una bbq primaveral.. es todo un acierto a muy buen precio.
¿Qué vemos en la copa? Color rojo frambuesa, de capa media-alta y con matices violáceos. Limpio y brillante.
¿A qué nos huele? Nariz con buena intensidad. Destacan las notas de frutos rojos y regaliz.
¿Y en boca? Cálida entrada en la boca y paso por la misma. Con cuerpo y bien equilibrado. Intenso en aromas frutosos en retronasal. Goloso y con buen final de boca.
Comida oriental, marroquí, mezclas dulce-salado, especiadas. Todo tipo de quesos.