La uva despalillada se macera en frío durante tres días antes del comienzo de la fermentación alcohólica, que arranca con las levaduras autóctonas de la uva. Se realiza en depósitos de acero inoxidable donde se controla que la temperatura de fermentación no supere los 25ºC. Una vez separado el vino de yema, y arrancada la fermentación maloláctica, se introduce en barricas de roble americano donde la finaliza. Durante este proceso se realiza la técnica del batonage para poner las lías en suspensión. El vino permanece en barrica un total de 4 meses, afinándose posteriormente en botellero durante 9 meses.
Es un vino fácil de beber, pero no exento por ello de complejidad, con una relación calidad-precio insuperable.
Nos gusta porque es todo aquello que no se espera de un Rioja, viene rompiendo esquemas, no dejes de probarlo.
¿Qué vemos en la copa? Color cereza intenso con ribete violeta signo de su juventud.
¿A qué nos huele? Buena intensidad aromática de frutas rojas bien maduras, notas de pastelería fina bien integradas con el toque de barrica.
¿Y en boca? Estructurado, con taninos golosos.
Una global nota tostada, discreta y amable, acompaña todas estas sensaciones aromáticas y gustativas. Intenso en boca y largo en el postgusto.
Recomendamos tomarlo con quesos grasos, platos de ave, carnes blancas e incluso comidas especiadas de origen oriental.
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